Five stories

Cinco cortos escritos y producidos por Erika Lust.  La directora habla de porno para mujeres, teniendo sus cinco historias dicha orientación. Personalmente, no he encontrado diferencia alguna entre su película y otras que no se hacen llamar así.

Cada una de las cinco historias muestra una situación erótica distinta. Desde una relación lésbica en «Nadia y la mujeres». Un trío en «Jódetecarlos.com». Una relación sadomaso en «Casados con hijos». El affair con un desconocido en «La buena chica» o una relación gay en «Te quiero, te odio».

Mi favorita sin duda es «La buen chica». De hecho, este corto se distribuyó por internet antes que la película fuese presentada. Es mi favorita porque ofrece una situación creíble, una historia sencilla donde los personajes follan de verdad, se lo pasan bien y disfrutan. Y eso se nota. Me gustan además los pequeños detalles que tiene el corto, como cuando a ella le suben los colores en ese momento y pierde el control. Es muy auténtico.

«Nadia y las mujeres».

«Casados con hijos».

«Jódetecarlos.com»

«La chica buena»

Para saber más:

http://www.cincohistorias.com/

http://www.lustfilms.com/blogEs/category/erika-lust/

Text by soonorlater.

13 Planetas

«The kiss 1999». Photo by Ec says

Pena negra, mal de amor.
Maleficio mágico.
Fuiste tú mi perdición;
zahorí, por qué a mí.
Mal tabardillo le dé; qué puedo hacer.
Se fue mi estrella.
Se anuló mi voluntad,
trece planetas marcan mi mala suerte.
Tocado estoy.
Hasta mi sombra huye de mí.
Al viento le pregunté
y el silencio contestó:
Si es que la quieres nombrar
tu lengua sea un cascabel,
si la quieres invocar,
tus dedos sean de laurel.
Dormir abrazado a ti,
revolverte el pelo rojo.
Dormir enredado en ti,
en tu cuerpo que ahora enreda el viento.

«13 Planetas». El Último de la fila  «Como la cabeza al sombrero»

How cats see the world

http://www.ninapaley.com/Fluff/

Lo mismo que nosotros.

El amor

Photo found in the internet. Unknown author

José Saramago y Pilar del Río

…Bueno, hablar de Pilar es a la vez fácil y difícil. Ella nació en 1950, yo en el 22. Me siento un poco raro cuando pienso que hubo un tiempo en que yo estaba y ella no. Es extraño para mí entender que tuvieron que pasar 28 años desde mi nacimiento pra que llegase la persona que sería imprescindible en mi vida…Ella es, y quienes la conocen lo saben, una mujer extraordinaria, además de muy guapa….

…Cuando la conocí yo tenía 63 años, era un hombre ya mayor. Ella tenía 36. Los amigos me decían: «¡Esto es una locura, un disparate!¡Con esa diferencia de edad…!». Y yo lo sabía. Pero no me inquietaba. Ahora ya no puedo imaginar mi vida sin ella, no puedo concebir nada si Pilar no exisitiera… Cuando no está, la casa se apaga. Y cuando vuelve se reactiva.

…Y yo también. No sé cómo será la muerte. Cuando pienso que tengo, evidentemente, la edad que tengo y que no voy a vivir 84 años más, lo que más me afecta de todo es el pensar que ya no estaré. No es el hecho en sí mismo de morir, el se acabó. es el saber que yo ya no voy a estar. Y ese «no voy a estar» significa que no voy a estar aquí. Que no voy a estar en ningún lugar donde esté ella. Eso, es sí me afecta…

…Y bueno ¿qué mas podría decirte? ¿Que la quiero? Es una palabra demasiado usada….

Entrevista realizada por Gema Veiga al escritor José Saramago en Lanzarote y publicada en la revista ELLE de marzo 2007, nº 246.

http://cuaderno.josesaramago.org

He guardado este ejemplar simplemente por la entrevista con Saramago. Porque la entrevista es estupenda y acerca al lector a ese Saramago privado, lúcido, sencillo y genial. No puedo expresar lo que siento cuando la leo de nuevo. Creo que el amor es eso, es lo que Saramago siente por su pareja, por Pilar. Y yo le estoy tremendamente agradecida por enseñarnos que ese es el camino.

Ellas

Photo found in the internet, unknown author. Text by soonorlater

Françoise Hardy y su Honda. Foto de 1969

Siempre me han gustado las motos. Y mucho más si son chicas la que las conducen. Cuando me las cruzo a las dos en la carretera o en una gasolinera, siempre miro el doble. Miro la moto, su color, su forma. Escucho el ruido de su motor. Después o antes, no sigo un orden concreto, la miro a ella. Su manera de apartarse el pelo y ponerse el casco, como cierra su chaqueta. Observo la forma en la que se sienta y coge el manillar con las manos, como le da gas y ella, la otra, la moto, ruge potente.

Me encantan. En mi próxima vida, espero formar parte de ese colectivo de chicas atrevidas y valientes, tan escasas de ver en la carretera y que tanto placer me producen cuando las encuentro. Si puedo pedir una ración doble de deseos, me pido ser una Françoise Hardy, porque yo no soy tonta….

http://www.francoise-hardy.com/

http://www.bmw-motorrad.com/

Viajeras

«No salto». Photo by Luna.

El cuerpo de la mujer es un misterio.

Primero, para nosotras mismas; muchas empezamos a experimentar un verdadero orgasmo una vez que hemos descubierto todos los rincones de nuestro cuerpo, cosa que no suele suceder tan pronto como creemos. No es como los chicos, cuyo órgano sexual está muy a la vista y, por lo tanto, su masturbación es enseguida placentera. Las chicas no nos atrevemos a masturbarnos como lo hacen los chicos y, cuando ocurre, raras veces solemos dar en el blanco inmediatamente. Algunas amigas mías me han confesado que pasados los treinta empiezan a conocer realmente bien su cuerpo y a disfrutar de su sexualidad de manera serena, sin la presión de tener que sentir un orgasmo «vaginal» empujadas por el novio o marido (¡ tanto en el sentido literal como en el figurado!). Muchas hemos tenido que fingir con el estúpido «me corro» cuando lo hemos visto oportuno.

….La finalidad reproductiva siempre se ha considerado superior al placer como finalidad. ¿Y qué hay menos reproductivo que el clítoris?. Nada. Absolutamente nada. Por eso se ha negado tantas veces. Uno de mis profesores siempre usa una metáfora muy bella e interesante. Dice que, en materia sexual, los hombres son turistas y las mujeres viajeras. Nosotros, en cuanto al placer sexual, somos infinitas. Los hombres, todo lo contrario. Cuanto antes logren la finitud (el orgasmo), mejor. Nosotras no tenemos un cuerpo para hacer turismo sino para viajar. ¿Por qué no entrenamos nuestros cuerpos para ello? Todo sería muchísimo más gratificante, ganaríamos con el cambio y el «sexo» dejaría de ser tan condenable.

«El otro lado del sexo» Valérie Tasso. Ediciones Debolsillo 2006

http://www.valerietasso.com