Photo by soonorlater «Recuerdos»
Hace unos días visité la ciudad donde pasé mis primeros años y adolescencia. No sé si este periodo es el más importante en la vida de una persona. La niñez, donde aprendes algo sobre el mundo que te rodea, aprendes a relacionarte con los demás, aprendes a tener amigos, a jugar y reir sin preocuparte…. La adolescencia, esa etapa de los primeros amores, de mirar al futuro intentando ver lo que éste te tiene preparado, de estudios y sobre todo de descubrimiento.
Yo, hace unos días al visitar esa ciudad, sentí que abría de nuevo la puerta a esta etapa ya muy lejana en mi vidad. Me sentí como el niño que abre la puerta para descubrir lo que hay detrás. Así, me asombré al ver como mis recuerdos, los que tenía de ese momento se habían quedado congelados allí donde los había dejado hacía años. Para mí, las personas no habían cambiado o envejecido, las calles suponía que seguirían siendo las mismas con los mismos nombres y los mismos edificios y todo de algún modo seguiría teniendo el mismo aspecto que entonces.
Supongo que soy muy ingenua al hablar así, ya que todos cambiamos en todos los aspectos, la vida cambia, y así lo ha hecho esa ciudad que ya no es tal para mí. Han desaparecido edificios de los de toda la vida y han sido sustiuidos por otros más modernos y por desgracia con peor gusto en algunos casos. Han cerrado cafeterías o bares a los que solía ir con mis amigos de entonces. Hay tiendas que ya no están y la gente… Casí no pude reconocer a alguno de los conocidos de entonces… La ciudad que yo esperaba encontrar ya dejó de exisitir hace mucho. Eso fue lo que más me asombró descubrir en mí, que esa ciudad sólo existe en mi memoria. Es el paso del tiempo el que todo cambia y renueva. Los espacios de entonces son ocupados ahora por otros nuevos y distintos.
Aunque he vivido en otros sitios y he vuelto a ellos despues de años, en ninguno he sentido tanto el paso del tiempo y el cambio como en la ciudad de mi infancia y mi adolescencia. Parece que los recuerdos de esa etapa son mucho más sentidos e intensos que los que podamos tener en nuestra vida adulta, al menos, eso es lo que yo siento. Y escribo estas letras para que no se duerma de nuevo en mi memoria.