La caricia de los senos

27 Jun

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Los senos no se reducen a los pezones. A menudo los hombres se precipitan sobre ellos con demasiada rapidez, pero todo el seno siente. La presión ha de ser delicada porque, al igual que ocurre con los testículos, se puede hacer daño si se estimulan fuertemente. El pecho puede acariciarse con las palmas de las manos extendidas, pellizcarse con los dedos. Y es que hay un punto en el que la caricia empieza a dejar de ser lo que puede resultar placentero. Todo depende de las preferencias de cada uno.

¿Y los hombres? Sus senos pueden ser tan sensibles como los de las mujeres. De hecho, algunos hombres tienen los pezones muy receptivos y su estimulación puede llevar a la erección. Se puede afirmar que muchos de aquellos a los que les gusta que su pareja estimule sus senos, tanto con la mano como con la boca, es porque acceptan su parte femenina.

Revista Marie Claire: «Guía íntima de las caricias»

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