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Educando con amor

27 Jun

Photo by soonorlater: «The bond that brings us together»

«…. los niños actuales parecen sufrir un problema mucho más profundo: la falta de disciplina. A menudo imagino la historia de la humanidad como un péndulo que se balancea de un extemo al otro: el extremo en en que se encuentra actualmente es el que propone la idea del «crecimiento natural» Es decir, muchos padres modernos parecen pensar que permitir que los niños se impongan autodisciplina o tratar a los niños como adultos en miniatura, es la mejor manera de ayudarles a crecer.

Hay una segunda tendencia cada vez más acusada: tratar a los niños con guantes de seda. En vez de permitirles fallar, las escuelas recompensan a los niños por tan «sólo intentarlo», dándoles premios y alabanzas por cualquier pequeño avance. Lo cierto es, que  mientras este sistema ha funcionado con aquellos a los que normalmente no les iba bien el el colegio, no es el sistema adecuado para la mayoría de aquellos niños de los que sí se espera que lo hagan bien de forma natural, lo que prueba que es una tendencia equivoca.

Así que con un bajo nivel de disciplina y recompensas fáciles de consegir, nos estamos encontrando con una nueva clase de niño que emerge allí donde miremos: un niño con un alto nivel de autoestima sin ninguna razón justificable, un niño que se viene a bajo ante el primer fallo como adulto, un niño al que se le ha permitido extender su etapa de guardería hasta llegar a la edad adulta.

Un niño sobreprotegido y sin disciplina tiende a:

-Fracasar con más frecuencia y tener problemas para superarlo.

-Ser más egoista que otros niños.

-Comportarse mal en público frecuentemente.

-Mostrar falta de respeto por los demás.

Razones por las que necesitamos disciplina

Cientos de miles de años de evolución no pueden ser echados por tierra en tan sólo una generación.¿Cuánto tiempo piensas que los padres han estado enseñando a sus hijos lo correcto de lo que no lo es?.

El hecho en si, es que los niños necesitan límites, reglas y consecuencias tanto para los buenos como para los malos comportamientos. Es una práctica para la vida de adulto, donde las reglas son mucho más complejas y las consecuencias por los comportamientos inadecuados mucho más serias.

Los niños también necesitan límites porque sin ellos se sienten perdidos y a la deriva. Necesitan saber que hay una consecuencia para cada una de sus acciones y que buenas acciones llevan a algo bueno, mientras que malas acciones dan como resultado algo malo. Los psicólogos han descubierto que una gran parte de los problemas de conducta tienen su base en la falta de disciplina, o provienen de la sobreprotección, tratar a los niños como el centro del universo, así como una falta de seguridad y de amor. Los niños que siempre obtienen lo que quieren nunca crecerán emocionalmente más allá de la etapa del niño que aún gatea. Y ellos nunca aprenderán la gran importancia de la autodisciplina, el factor clave que va a determinar el éxito o fracaso de su vida de adulto.

Disciplina y el castigo adecuado para los niños

Cuando un niño se porta mal, la disciplina debería actuar inmediatamente después. Debería ser clara, reforzando las reglas que definen tanto la infracción como el castigo para ese mal comportamiento cuando este ocurre. Cuando el niño se va haciendo mayor, las situaciones en las que incumple las reglas deberían disminuir al mismo tiempo que aumentan sus responsabilidades; Esto debería ser tenido en cuenta como una recompensa para el niño que está aprendiendo la forma correcta de comportarse.

El método de disciplina no es tan importante como su consistencia. Cada vez que el niño rompe una regla específica, el castigo debería ser aplicado. Puede ser menos severo si el niño confiesa el mal comportamiento o no miente cuando se enfrenta a la verdad, pero aún así siempre debería haber una consecuencia.

El castigo siempre se debería aplicar con amor, y los padres debería estar de acuerdo sobre dicho castigo. Esta es otra razón por la que las reglas deberían ser claras cuando es necesario aplicar un castigo: los padres actuarán en bloque, sin dudas ni discusiones entre ellos.

El castigo nunca debería ser aplicado en estado de ira, en particular cuando el castigo es físico. Si estás muy enfadado/a es mejor decirle a tu hijo lo que él/ella ha hecho mal y luego tomarte un respiro para dejar que se te pase ese momento de máxima tensión. De hecho, es mejor no castigar al niño en absoluto que hacerlo cuando uno siente mucha ira o enfado. Si crees que tienes tendencia a perder los nervios cuando el niño hace algo mal, sería buena idea buscar ayuda.

Además de administrar el castigo, la comprensión es algo esencial. Los niños se comportan mal por diferentes razones y en etapas distintas de su desarrollo, desde el simple egoismo a la necesidad de ser rebelde y crear su propia identidad. Comprender la causa de su comportamiento puede ayudarte a manejar tus propias emociones.

Refuerzo positivo como punto de equilibrio para el castigo

Es incluso mucho más importante estar con el niño cuando se está portando bien. Lee a tu hijo, estimúlale para que aprenda, juega con él, dale libertad para que te cuente sus ideas, lo que piensa, incluso para discutirlas juntos, asegúrate de que tu hijo conoce cómo funciona el mundo. Estas son tan sólo algunas maneras en las que puedes ayudarle a que crezca y se desarrolle.

La mejor recompensa en el mundo para los niños no tienen nada que ver con las chucherías o los juguetes: tiene que ver más con tu atención y tu amor. Cuando un niño/a sabe que es lo suficientemente importante para haber ganado tu atención, se sentirá mucho más motivado para portarse bien. Enseñále a tu hijo a respetarse a sí mismo mostrándole que el respeto funcionará mucho mejor que cualquier acto de disciplina impuesto para corregir un mal comportamiento.»

Jannie K Wilson (May 16 2007) «The worst child abuse: Lack of Discipline»

Traducción by soonorlater

El desplazamiento

27 Jun

Photo by soonorlater :»Siempre hay salida»

Desplazamiento: Es un mecanismo de defensa que consiste en desviar el afecto de una cosa a otra, o de una persona a otra, porque el inconsciente afectúa una asociación entre ambas. El desplazamiento busca descargar un afecto que se siente como incómodo para devolver el equilibrio al psiquismo, al aliviar la tensión interna que dicho afecto produce. Es frecuente descargar los sentimientos de frustración en el ámbito laboral o el familiar. Para evitar el desplazamiento en los adultos hay que conocerse, tener mucha capacidad de reflexión, poca de autoengaño y haber superado los miedos infantiles.

«Soy profesora y me han tocado unos alumnos a los que no les gusta estudiar. Me acosan y amenazan con quemarme la casa y el coche. Me han robado cosas y creo que la situación puede ir a más. El director dice que eso es cosa de niños rebeldes, que les siga la corriente o no les haga caso. Estoy pensando en solicitar una baja por depresión y dejar la escuela. Las cosas me afectan mucho y me cuesta expresar mis sentimientos. Necesito ayuda.»

Hay alumnos con problemas difíciles de tratar, pero conviene pensar que existe la posibilidad de que cambien. Por un lado, dices que te insultan, lo que es grave. ¿Qué es lo que te dicen? ¿Qué edades tienen? Si la respuesta del director es que «son cosas de niños rebeldes», tendrás que volver a insistir para frenar la situación. Cuando te pide que les sigas la corriente, está afirmando lo contrario de lo que conviene hacer. Esos alumnos actúan así para que alguien pare. Si no hay castigo a una agresión, ¿quién los educa? Si en sus casas no les ponen límites y en el colegio todo vale, ¿hasta dónde llegarán?

Pero lo que resulta muy alarmante es la posibilidad de que quemen tu casa o tu coche. ¿Has comentado esta amenaza con el director?¿Te has sentido intimidada en otras ocasiones? Te pones en un lugar de víctima del que debes salir. Tienes que plantarles cara, no puedes tener miedo a imponer tu autoridad. Los «niños tiranos» , como tú los llamas , están tan infantilizados que no soportan ninguna frustración, por eso buscan a adultos que les pongan límites. Si en su casa no lo hacen, provocan en el colegio. Desplazan los sentimientos agresivos que tienen hacia los padres  a sus profesores, que también funcionan para ellos como figuras de autoridad. Cuando el profesor, poniéndoles límites, se gana su respeto, les está ayudando. Para ello tienen que estar respaldado por la institución escolar.

Debes imponerte y hablar de nuevo con el director, pues está en su responsabilidad educar con normas que provengan de la institución escolar. Y debes valorar qué hacer. La depresión a la que aludes encierra mucha rabia contra ellos, pero también contra tí misma, porque no sabes escapar del papel de acosada. Habla con alguien que te ayude a hacerte cargo de la situación. Debes dejar de estar acosada para sentirte defendida por ti misma. Si no puedes resolverlo, sería conveniente que acudieras a una psicoterapia para elaborar todo lo que te está pasando y cambiar tu situación.

«Consultorio psico: Tus preguntas», por Isable Menéndez (psicóloga) Publicado en Mujerhoy el 30 de abril de 2011. http://www.mujerhoy.com

MIR

22 Jun

Forges para El País. Publicado el 20 de junio 2011.

http://www.elpais.com/

Si quieres aprender, enseña

23 Mar

Photo by Stina…is dreaming. http://sheleftonthenighttrain.blogspot.com/

Carta de un alumno a su profesor

Enséñame cómo aprender y no qué aprender; enséñame a pensar y no tan sólo qué debo pensar. Así desarrollaré mi inteligencia y no simplemente mi memoria.

Señálame mis cualidades y reconoce mis habilidades. Esto me hace sentir valioso y me estimula a esforzarme y trabajar mejor.

No me insultes con palabras, no con gestos despectivos. Me siento menospreciado y sin ánimo para corregir  mis fallos o debilidades.

Ten en cuenta mi esfuerzo y mi progreso, no sólo mis resultados. A veces con poco esfuerzo logro mucho, pero es más meritorio cuando pongo todo mi empeño así logre poco.

No me examines tratando de rajarme, ni te ufanes de haberlo logrado. Mis notas deben reflejar mi desempeño y no lo harán si las utilizas para desquitarte.

Anota lo que hago bien y no sólo lo que está mal. Cuando subrayas mis éxitos, y no mis fracasos, me siento motivado a seguir mejorando.

Cuando me corrijas o me recrimines, hazlo sin herirme ni humillarme. Si me atacas como persona deterioras mi autoestima y no mejoras mi disciplina.

Confía en mí y demuéstrame que lo haces. Cuando me repites la misma cosa una y otra vez, me doy cuenta de tu desconfianza y esto me puede precipitar a fracasar.

Trátame con cariño y con la misma amabilidad y cortesía que a cualquier amigo. Esto me hará admirarte y al a vez me llevará a respetarte.

No me amenaces, si lo haces, cúmplelo. Si no cumples lo prometido aprenderé que haga lo que haga siempre puedo salir eximido.

No me ruegues in me implores que me porte bien. Te obedeceré cuando me lo exijas con mucha firmeza y sin hostilidad.

Procura hacer las clases amenas e interesantes en la que yo pueda participar. Me aburro cuando todo es rutina, sólo tú hablas y yo nada puedo aportar.

Cuando te haga preguntas, no me contestes “eso ya lo expliqué”. A veces tus explicaciones no son claras o suficientes para mí, y si te pregunto es porque quiero entender y aprender.

No demuestres preferencias. Cuando alabas a algunos e ignoras a otros, deterioras nuestras relaciones como amigos y pasamos a ser enemigos.

Cuando me criticas para corregirme, me defiendo y no acepto mis defectos. Sólo si admito mis fallos procuraré corregirlos. Ten en cuentas que aprendo más de quien aprecio que de quien me desprecia.

No aceptes mis excusas ni mis ruegos para que me perdones el incumplimiento de mi tareas. Si asumo las consecuencias de mis fallos aprendo a responsabilizarme por mis deberes.

Escucha lo que te digo con atención e interés. Si me ignoras o me callas cuando trato de expresarme, entiendo que mis ideas son tontas y concluyo que mi inteligencia es poca.

No me compares con mis compañeros ni con mis hermanos en años anteriores. Recuerda que no soy igual a nadie, y que aunque no tengo las mismas cualidades, también tengo grandes virtudes.

Trata de conocerme y de apreciarme como persona. Sabiendo mis habilidades particulares podrás ofrecerme oportunidades para triunfar. Además, al sentirme capaz e importante para ti, crecerá el concepto que me forme sobre mí.

No me tengas miedo ni temas ser firme conmigo. Es importante hacer respetar tu derecho a enseñar y el de mis compañeros a aprender.

Ayúdame a desarrollar mis cualidades y no simplemente mis capacidades. Ten en cuenta que antes que un buen estudiante debo ser una buena persona.

Children see, children do

27 Nov